Análisis de Memento Mori
Realizado por HVN
(Ganador del 1º premio del Concurso 1ºAniversario de Botafumeiro)
A pesar de que debido al 1º aniversario de Botafumeiro Videojuegos se sortearon dos aventuras gráficas, por ahora sólo habíais leído el análisis de una de ellas, Mata Hari. Pues bien, como ganador de la otra, Memento Mori, y habiendo finalizado el juego, me complazco de traeros yo mismo el análisis de ésta, algo tarde quizás, pero es que no he podido realizarlo antes.
Tengo que decir que no soy yo un habitual de hacer análisis. De hecho, pese a llevar muchos años jugando a videojuegos, nunca me he dedicado a realizar ninguno. Alguno tenía que ser el primero, y qué mejor que con esta aventura gráfica que me ha sorprendido y decepcionado a partes casi iguales y es que podría haber sido un juego de mucha categoría si no fuese por algunos fallos importantes. Pero bueno, de todo esto hablaré a continuación en este análisis no exento de opinión personal, ya que así es como mejor se ilustra la experiencia con un juego.
Memento Mori es un título que se aprovecha de un género bastante de moda últimamente, sobre todo en las novelas: el misterio alrededor de obras de arte robadas, sectas secretas, vida y muerte. En este caso todo empieza con el robo de un cuadro de la nueva exposición en el museo del Hermitage, en San Petesburgo. El Coronel Ostankovic, responsable de la seguridad del museo, va a recibir un premio por su cargo, y debe recuperar el cuadro original antes de que se abra la exposición al público. Para ello recurrirá a la detective de la interpol Lara Svetlova y al exfalsificador Max Durand, los héroes de esta aventura, de una forma poco ortodoxa, y es que su desesperación por conseguir el premio le hará utilizar el más rastrero chantaje, dándole igual el peligro que conlleve encontrar el cuadro.
Para llevar a cabo sus investigaciones, Max y Lara recorrerán diversos lugares de Europa por separado, como Portugal, Irlanda y por su puesto, la propia Rusia. Poco a poco se irán dando cuenta que el robo no es causa de un ladrón común, y se verán envueltos en una trama de conspiración, asesinatos, sectas, extorsión y al final nada será lo que parecía.
Pese a llevar tal cantidad interesante de elementos, por desgracia muchos de ellos no se desarrollan hasta el punto que deberían y el juego se centra demasiado en la investigación, dejando incluso en segundo plano el misterio detrás de los cuadros. Personalmente me hubiese gustado que se le diese más protagonismo a esto último, que es lo que mas interés suscitaba a mi gusto, y no dejarlo precipitadamente para el final porque incluso la explicación que se da parece un tanto difusa.
Pero quién sabe, ya que este juego cuenta con la gran baza de ofrecer hasta 8 finales que pueden ser “extremadamente” diferentes entre sí y quizás en alguno otro le dedique más a lo metafísico. Este aspecto le da al juego una gran rejugabilidad y a mí al menos me ha picado para volvérmelo a pasar. Y es que además, en ciertas ocasiones, se podrá elegir qué decisión tomar o si realizar alguna tarea opcional, que será lo que cambiará los diferentes finales, sin duda esta “libertad” de acción es un punto a favor. Realmente, yo no admiré a priori mucha libertad, pero es que lo cierto es que me gusta sacar jugo a los juegos e hice muchas cosas que podía haber obviado, llegando finalmente a un final “bueno”, que quizás fuera la recompensa.
Pese a lo anterior, la aventura no tiene una duración muy grande y apenas presenta un reto para el jugador experimentado, lo cual puede tomarse como punto negativo o positivo. Sin necesidad de puntualizar el negativo, el positivo tiene que verse en conjunción con lo hablado en el párrafo anterior, que al no ser largo se hace más liviano volverlo a jugar para encontrar otro de los posibles finales.
Otro de los aspectos a destacar es el despliegue de efectos gráficos con el que cuenta el título. Es muy raro ver una aventura gráfica con recursos tales como: escenarios y personajes totalmente en 3D, cámaras y sombras dinámicas, texturas detalladas, efectos de iluminación o reflejos en el agua. Una delicia visual que por desgracia, pese a no ser lo último del mercado en cuanto a gráficas, exige mucha potencia y hará que los PCs más modestos muevan el juego con dificultad en si máximo esplendor, que por otra parte a día de hoy no es nada del otro mundo. Además, todos estos detalles no son para nada necesarios en una aventura gráfica, y menos cuando se ven empañados con unas animaciones bastante pobres, sobre todo en personajes secundarios que además están bastante menos detallados que los principales, o detalles como que ese teléfono móvil que no proyecta sombra atraviese la mano/cabeza del protagonista.
El juego además dispone de hasta cuarenta cinemáticas de bastante calidad, un número un tanto exagerado, y más viendo que alguna es perfectamente omisible, ya que no revela nada especial. Por otro lado, los objetos están muy detallados, pudiéndose girar en el inventario, algo muy importante para el desarrollo de la aventura.
Mención especial merecen los escenarios, también con muchos detalles y una paleta de colores bastante amplia y coherente con cada lugar. Además es apreciable que no están nada vacíos, con personajes moviéndose de aquí para allá, o con réplicas bastante bien modeladas de coches reales rodando por las calles, un detalle que me ha gustado mucho. Destacaré en especial la estancia en Portugal, un lugar que por sus puzzles y ambientación me ha recordado mucho a partes de los geniales Broken Sword, sin duda, de lo mejor del juego.
En vistas a la jugabilidad, Memento Mori es un título con un sistema Point & Click al uso, en el que con un simple click el personaje andará y con uno doble, correrá, fallando alguna vez e invirtiéndose estos comandos. Al pasar sobre un objeto con el que interactuar, aparecerá un círculo bajo el puntero, generalmente partido con las imágenes correspondientes a cada acción, para realizarlo con los botones izquierdo y derecho. A la hora de combinar objetos y restando dificultad, el trasfondo del círculo en el que se encuentra el objeto que queremos combinar se volverá verde cuando se pueda combinar con otro, de lo contrario será rojo. De todos modos, no siempre que estén verdes se podrán combinar y habrá que deducir algo o realizar antes alguna acción, cosa que entra en conflicto con algo que hablaré más adelante.
Otra de las peculiaridades que presenta el título es su sistema de diálogos, que en vez de presentarse como el típico de elegir la respuesta, se presentan tres círculos (respuestas positiva, negativa e interrogativa) a la hora de que el personaje intervenga, con una barra que indica el tiempo en el que hay que elegir la respuesta, que una vez pasado se elegirá por defecto la negativa. Pese a ser una idea original, no deja de ser confusa, puesto que a pesar de intuir que a veces la respuesta positiva será sí y la negativa un no, no será así, sino que será la misma respuesta dicha de un mejor o peor forma. Similar sucede con la alternativa interrogativa. Tras terminar el juego no me ha quedado del todo claro qué tipo de respuesta puedo obtener al pulsar cada uno de los círculos.
Los puzzles que hay a lo largo de la aventura son muy variados, y pasan desde autentificar un cuadro buscando las diferencias con el original hasta abrir puertas con una ganzúa, pasando por la típica combinación de objetos. Esta variedad es muy positiva, sobre todo porque están coherentemente implementados, tanto en la situación como en la forma de resolverlos, salvo quizás el de la ganzúa, que no sé cómo llegué a resolver.
Pese a la variedad de situaciones y el peculiar sistema de diálogos, la aventura carece de gran dificultad y es raro quedarse atascado. Hay ocasiones además, en las que se pueden realizar acciones sin objetivo aparente, y luego más adelante darse cuenta de por qué se han hecho (en contraposición con lo que comentaba de los objetos), que a veces ocurre si se visita antes un escenario u otro, lo que es un fallo debido a la libertad de acción que se tiene, pero en casos así no se debería tener.
Finalmente, queda hablar sobre el aspecto sonoro. Memento Mori cuenta con una banda sonora oscura, que apenas destaca a la hora de jugar y no llega a llamar la atención. Eso sí, el tema que ambienta el menú sí destaca bastante y hay que decir que es muy apropiado al aspecto que se quiere dar.
Pero lo más destacable es la localización, ya que aparte de haber sido localizados los textos en los objetos o en ciertos escenarios, el doblaje es de gran calidad. Pese a que debería ser un obligado, no se ve un trabajo así en muchos juegos y cuando se ve, no se ve con tanta calidad como en este. Las entonaciones son en cada momento las apropiadas (ironía, miedo, alerta...), las conversaciones son fluidas, aumentando la inmersión. Por desgracia, y como pasa en alguna otra aventura, no hay tantos dobladores como personajes y alguno repite, cosa que se nota aunque cambien el tono de voz. Pero es un detalle sin importancia debido a la calidad global del conjunto.
En definitiva, Memento Mori es una aventura de contrastes, frente a unos buenos y originales puntos a su favor, tiene otros fallos que empañan mucho la experiencia de juego. Quizás si se hubiesen mejorado cosas como las animaciones sacrificando algunos efectos, un sistema de diálogos algo más intuitivo, mayor dificultad y una historia más centrada y detallada en el misterio alrededor de las obras de arte, hubiese sido una aventura muy a tener en cuenta. Pese a todo y con los fallos que acarrea, el juego es muy entretenido y no aburre gracias a que los acontecimientos que se van desvelando dan aún más ganas de seguir jugando, contando además con los 8 posibles finales. Por tanto, personalmente, os recomiendo esta aventura gráfica, aunque sea en uno de esos momentos en los que os habéis pasado ya todos los juegos que teníais pendientes o no tenéis ningún juego predilecto al que jugar, sobre todo si queréis pasar un rato entretenido y que os dé pocos quebraderos de cabeza. Además, en cualquier momento podréis volver a reiniciar la aventura en busca de un final al que no llegasteis.
Tengo que decir que no soy yo un habitual de hacer análisis. De hecho, pese a llevar muchos años jugando a videojuegos, nunca me he dedicado a realizar ninguno. Alguno tenía que ser el primero, y qué mejor que con esta aventura gráfica que me ha sorprendido y decepcionado a partes casi iguales y es que podría haber sido un juego de mucha categoría si no fuese por algunos fallos importantes. Pero bueno, de todo esto hablaré a continuación en este análisis no exento de opinión personal, ya que así es como mejor se ilustra la experiencia con un juego.
Memento Mori es un título que se aprovecha de un género bastante de moda últimamente, sobre todo en las novelas: el misterio alrededor de obras de arte robadas, sectas secretas, vida y muerte. En este caso todo empieza con el robo de un cuadro de la nueva exposición en el museo del Hermitage, en San Petesburgo. El Coronel Ostankovic, responsable de la seguridad del museo, va a recibir un premio por su cargo, y debe recuperar el cuadro original antes de que se abra la exposición al público. Para ello recurrirá a la detective de la interpol Lara Svetlova y al exfalsificador Max Durand, los héroes de esta aventura, de una forma poco ortodoxa, y es que su desesperación por conseguir el premio le hará utilizar el más rastrero chantaje, dándole igual el peligro que conlleve encontrar el cuadro.
Para llevar a cabo sus investigaciones, Max y Lara recorrerán diversos lugares de Europa por separado, como Portugal, Irlanda y por su puesto, la propia Rusia. Poco a poco se irán dando cuenta que el robo no es causa de un ladrón común, y se verán envueltos en una trama de conspiración, asesinatos, sectas, extorsión y al final nada será lo que parecía.
Pese a llevar tal cantidad interesante de elementos, por desgracia muchos de ellos no se desarrollan hasta el punto que deberían y el juego se centra demasiado en la investigación, dejando incluso en segundo plano el misterio detrás de los cuadros. Personalmente me hubiese gustado que se le diese más protagonismo a esto último, que es lo que mas interés suscitaba a mi gusto, y no dejarlo precipitadamente para el final porque incluso la explicación que se da parece un tanto difusa.
Pero quién sabe, ya que este juego cuenta con la gran baza de ofrecer hasta 8 finales que pueden ser “extremadamente” diferentes entre sí y quizás en alguno otro le dedique más a lo metafísico. Este aspecto le da al juego una gran rejugabilidad y a mí al menos me ha picado para volvérmelo a pasar. Y es que además, en ciertas ocasiones, se podrá elegir qué decisión tomar o si realizar alguna tarea opcional, que será lo que cambiará los diferentes finales, sin duda esta “libertad” de acción es un punto a favor. Realmente, yo no admiré a priori mucha libertad, pero es que lo cierto es que me gusta sacar jugo a los juegos e hice muchas cosas que podía haber obviado, llegando finalmente a un final “bueno”, que quizás fuera la recompensa.
Pese a lo anterior, la aventura no tiene una duración muy grande y apenas presenta un reto para el jugador experimentado, lo cual puede tomarse como punto negativo o positivo. Sin necesidad de puntualizar el negativo, el positivo tiene que verse en conjunción con lo hablado en el párrafo anterior, que al no ser largo se hace más liviano volverlo a jugar para encontrar otro de los posibles finales.
Otro de los aspectos a destacar es el despliegue de efectos gráficos con el que cuenta el título. Es muy raro ver una aventura gráfica con recursos tales como: escenarios y personajes totalmente en 3D, cámaras y sombras dinámicas, texturas detalladas, efectos de iluminación o reflejos en el agua. Una delicia visual que por desgracia, pese a no ser lo último del mercado en cuanto a gráficas, exige mucha potencia y hará que los PCs más modestos muevan el juego con dificultad en si máximo esplendor, que por otra parte a día de hoy no es nada del otro mundo. Además, todos estos detalles no son para nada necesarios en una aventura gráfica, y menos cuando se ven empañados con unas animaciones bastante pobres, sobre todo en personajes secundarios que además están bastante menos detallados que los principales, o detalles como que ese teléfono móvil que no proyecta sombra atraviese la mano/cabeza del protagonista.
El juego además dispone de hasta cuarenta cinemáticas de bastante calidad, un número un tanto exagerado, y más viendo que alguna es perfectamente omisible, ya que no revela nada especial. Por otro lado, los objetos están muy detallados, pudiéndose girar en el inventario, algo muy importante para el desarrollo de la aventura.
Mención especial merecen los escenarios, también con muchos detalles y una paleta de colores bastante amplia y coherente con cada lugar. Además es apreciable que no están nada vacíos, con personajes moviéndose de aquí para allá, o con réplicas bastante bien modeladas de coches reales rodando por las calles, un detalle que me ha gustado mucho. Destacaré en especial la estancia en Portugal, un lugar que por sus puzzles y ambientación me ha recordado mucho a partes de los geniales Broken Sword, sin duda, de lo mejor del juego.
En vistas a la jugabilidad, Memento Mori es un título con un sistema Point & Click al uso, en el que con un simple click el personaje andará y con uno doble, correrá, fallando alguna vez e invirtiéndose estos comandos. Al pasar sobre un objeto con el que interactuar, aparecerá un círculo bajo el puntero, generalmente partido con las imágenes correspondientes a cada acción, para realizarlo con los botones izquierdo y derecho. A la hora de combinar objetos y restando dificultad, el trasfondo del círculo en el que se encuentra el objeto que queremos combinar se volverá verde cuando se pueda combinar con otro, de lo contrario será rojo. De todos modos, no siempre que estén verdes se podrán combinar y habrá que deducir algo o realizar antes alguna acción, cosa que entra en conflicto con algo que hablaré más adelante.
Otra de las peculiaridades que presenta el título es su sistema de diálogos, que en vez de presentarse como el típico de elegir la respuesta, se presentan tres círculos (respuestas positiva, negativa e interrogativa) a la hora de que el personaje intervenga, con una barra que indica el tiempo en el que hay que elegir la respuesta, que una vez pasado se elegirá por defecto la negativa. Pese a ser una idea original, no deja de ser confusa, puesto que a pesar de intuir que a veces la respuesta positiva será sí y la negativa un no, no será así, sino que será la misma respuesta dicha de un mejor o peor forma. Similar sucede con la alternativa interrogativa. Tras terminar el juego no me ha quedado del todo claro qué tipo de respuesta puedo obtener al pulsar cada uno de los círculos.
Los puzzles que hay a lo largo de la aventura son muy variados, y pasan desde autentificar un cuadro buscando las diferencias con el original hasta abrir puertas con una ganzúa, pasando por la típica combinación de objetos. Esta variedad es muy positiva, sobre todo porque están coherentemente implementados, tanto en la situación como en la forma de resolverlos, salvo quizás el de la ganzúa, que no sé cómo llegué a resolver.
Pese a la variedad de situaciones y el peculiar sistema de diálogos, la aventura carece de gran dificultad y es raro quedarse atascado. Hay ocasiones además, en las que se pueden realizar acciones sin objetivo aparente, y luego más adelante darse cuenta de por qué se han hecho (en contraposición con lo que comentaba de los objetos), que a veces ocurre si se visita antes un escenario u otro, lo que es un fallo debido a la libertad de acción que se tiene, pero en casos así no se debería tener.
Finalmente, queda hablar sobre el aspecto sonoro. Memento Mori cuenta con una banda sonora oscura, que apenas destaca a la hora de jugar y no llega a llamar la atención. Eso sí, el tema que ambienta el menú sí destaca bastante y hay que decir que es muy apropiado al aspecto que se quiere dar.
Pero lo más destacable es la localización, ya que aparte de haber sido localizados los textos en los objetos o en ciertos escenarios, el doblaje es de gran calidad. Pese a que debería ser un obligado, no se ve un trabajo así en muchos juegos y cuando se ve, no se ve con tanta calidad como en este. Las entonaciones son en cada momento las apropiadas (ironía, miedo, alerta...), las conversaciones son fluidas, aumentando la inmersión. Por desgracia, y como pasa en alguna otra aventura, no hay tantos dobladores como personajes y alguno repite, cosa que se nota aunque cambien el tono de voz. Pero es un detalle sin importancia debido a la calidad global del conjunto.
En definitiva, Memento Mori es una aventura de contrastes, frente a unos buenos y originales puntos a su favor, tiene otros fallos que empañan mucho la experiencia de juego. Quizás si se hubiesen mejorado cosas como las animaciones sacrificando algunos efectos, un sistema de diálogos algo más intuitivo, mayor dificultad y una historia más centrada y detallada en el misterio alrededor de las obras de arte, hubiese sido una aventura muy a tener en cuenta. Pese a todo y con los fallos que acarrea, el juego es muy entretenido y no aburre gracias a que los acontecimientos que se van desvelando dan aún más ganas de seguir jugando, contando además con los 8 posibles finales. Por tanto, personalmente, os recomiendo esta aventura gráfica, aunque sea en uno de esos momentos en los que os habéis pasado ya todos los juegos que teníais pendientes o no tenéis ningún juego predilecto al que jugar, sobre todo si queréis pasar un rato entretenido y que os dé pocos quebraderos de cabeza. Además, en cualquier momento podréis volver a reiniciar la aventura en busca de un final al que no llegasteis.
1 comentarios:
Me parece un muy buen análisis, que repasa tanto los puntos fuertes como los puntos débiles del juego y además porporciona una cierta impresión o experiencia personal sobre el mismo (algo que valoro mucho en los análisis de videojuegos).
Para ser el primer análisis no está nada mal ;)
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